Quiero comenzar recordando que en el contexto departamental, promover el desarrollo productivo sobre todo agropecuario y también el turismo, ha sido el discurso político utilizado desde hace 2 décadas atrás, como la única opción viable para salir de la dependencia económica de los hidrocarburos. Bajo este argumento, se identificó como una primera necesidad para incrementar y optimizar la producción agrícola, la dotación de riego, de tal forma que se comenzó a construir en toda la red hidrológica de las cuencas, numerosas obras hidráulicas como presas, atajados, azudes, etc. cuyo propósito obviamente es la de almacenar y/o captar agua para cubrir la demanda del riego, de consumo humano y en algunos casos como las de mayor envergadura utilizarlas para la generación hidroeléctrica y también aprovecharlas como espacios turísticos.
La realidad es que hoy, la mayoría de estas obras no han alcanzado a cumplir con dichos objetivos, algunas solo de manera temporal y otras de manera parcial, muchas de ellas actualmente en desuso, esto solo puede deberse a una deficiente planificación y diseño de dichas obras en su momento, pero también, en el caso de obras menores como tomas de agua y azudes, puede ser atribuible al abandono, falta de mantenimiento y deficiente manejo por parte de los usuarios.
Fotos (Fuente propia): Obras en desuso (Azudes, río Yesera y río Sella).
En contraposición a lo expresado, la erosión severa de los cauces y la pérdida del caudal ecológico, han sido dos de los mayores impactos ambientales generados por estas obras, al haberse alterado la dinámica fluvial natural de los ríos, reteniendo el arrastre de sedimentos (piedra, gravas, arena, etc.) hacia la parte baja de las cuencas, siendo estas por naturaleza las zonas de acumulación de sedimentos y que precisamente es donde se produce y se observa profusamente este impacto ambiental que de manera rauda y agresiva está avanzando hacia la parte media de las cuencas a través de un proceso erosivo de tipo regresivo o remontante.
Fotos (Fuente propia): Cauces erosionados; río Tolomosa aguas abajo del Embalse San Jacinto y río El Molino aguas abajo del puente San Andrés.
El proceso erosivo como tal sea progresivo o regresivo, se ve notoriamente fortalecido en el periodo de crecidas aumentando de manera sustancial el riesgo de afectación no solo del cauce, sino también de varias obras construidas en los cauces de ríos como son: puentes, badenes, gaviones, defensivos, etc. cuyos impactos negativos son fácilmente observables a lo largo de la redes hidrológicas de las cuencas.
Fotos (Fuente propia): Obras afectadas por la erosión del cauce; puente bicentenario río Guadalquivir y gaviones en el río Sola
¿Qué pasó con la evaluación de impacto ambiental? pareciera haberse quedado incompleta y haber estado muy enfocada solo en el corto plazo ya que en el análisis ambiental de este periodo se comete el error de dar prioridad a los impactos positivos que son los que mayormente se identifican y sobre todo corresponden a los factores social y económico, los cuales, se sobreponen a los impactos negativos en los factores naturales, aquí debemos hacernos la siguiente pregunta: ¿Qué pasa con los impactos ambientales en el mediano y largo plazo?, el estado de degradación de los cauces y e inestabilidad de obras que se observan hoy en el Río Guadalquivir y otros ríos del Valle Central de Tarija, pudiera ser en gran parte la respuesta.
Fotos (Fuente propia): Se observa claramente el nivel de erosión en la estructura de soporte del puente San Martín en el río Guadalquivir y el afloramiento exagerado de las capas de arcilla con ausencia total de sedimentos en el cauce del río Santa Ana a la altura de la comunidad de La Pintada, provocado por un severo proceso erosivo.
Bajo esa necesidad imperiosa generada por la demanda de agua para riego y consumo humano, debido al impulso de la actividad agropecuaria y el abrupto incremento demográfico ocasionado por la vertiginosa migración interna respectivamente, han acrecentado de manera sustancial las demandas de consumo, ante esta situación, las entidades públicas de los tres niveles de gobierno, han promovido desordenadamente la construcción de innumerables obras hidráulicas basados en estudios técnicos poco precisos, fundamentalmente los relacionados con la hidrología, al haberse identificado ya a inicios del año 2000, la gran limitación que tenemos a nivel departamental y local con la falta de generación de información hidrológica y climática, imprescindible para precisar los estudios hidrológicos que nos permitan saber: cuánto de agua tienen nuestras cuencas y de cuanto podemos disponer en las distintas épocas (oferta y demanda), además de sustentar social, económica y ecológicamente las decisiones para los diseños de las obras.
Con tal limitación, se ha apelado a la aplicación de modelamientos a través de diferentes soffwares, cuyos resultados, técnicamente no pueden considerarse precisos ya que se utiliza información muy limitada y no recomendable para su procesamiento, esta aseveración puede evidenciarse en varias de estas obras que hoy se encuentran en su etapa de operación, y que no han cumplido con los alcances y resultados que se planteaban inicialmente en el momento de su formulación, en términos de lograr incrementar servicios de riego, agua potable, energía, por tanto, una mayor productividad, cobertura, innovación, etc. y como cite líneas arriba, muchas de ellas en desuso. Actualmente, no se conoce la realización de evaluaciones técnicas y ambientales de las obras por parte de las entidades públicas que las promovieron, que nos brinden información sobre el nivel de los impactos actualmente.
La aplicación de modelamientos hidrológicos exige largos periodos de registro de información, lo cual no se ha generado en nuestro medio, sin embargo, es urgente subsanar esta limitación para la planificación futura de los posibles escenarios que pueden presentarse e ir promoviendo acciones de adaptación para la resiliencia de la población en esta etapa transicional, en la que es evidente que el mundo de manera global está pasando de un comportamiento climático a otro muy incierto (cambio climático).
Lo penoso de esta situación, es que actualmente se siguen planificando y construyendo obras hidráulicas pese a lo que acabamos de hacer referencia en cuanto a las limitaciones para su diseño y a los impactos ambientales que hoy son muy evidentes en los ríos y afluentes principales de nuestras cuencas, sin que se haya considerado otras opciones técnicas de abastecimiento del recurso hídrico eficientes y menos degradantes. Por otro lado, donde miremos un río del Valle Central de Tarija, podremos advertir las intervenciones que en ellos se efectúan y que son totalmente contrarios a su protección y conservación como ser; canalizaciones, nivelaciones, excavaciones, explotación totalmente discrecional de áridos y agregados, etc. todas ellas mecanizadas, y lo más lamentable es que en su mayoría son acciones promovidas por entidades públicas como respuesta a demandas sociales, sin que para ello, prime la aplicación de criterios de manejo técnico y ambiental de los cauces de ríos.
Fotos (Fuente propia): Encausamiento en el río Pinos, excavación de pozos en el cauce del río San Agustín, extracción de áridos y encausamiento en el río Tolomosa.
En un anterior artículo denominado La degradación del Río Guadalquivir no solo pasa por la contaminación del agua, cuyo propósito fue alentar a que la sociedad tarijeña preste mayor atención al río y que observen como el proceso erosivo del cauce y otros impactos ambientales inducidos por las acciones equivocadas del hombre, están llevándole a perder su condición natural de río (ecosistema) hacia una condición antrópica de un canal de desagüe de aguas residuales, lo que será ciertamente evidente pasada la época de lluvias de la presente gestión 2022, en este punto hago referencia a la Auditoria Ambiental del Río Guadalquivir cuyas recomendaciones están mayormente orientadas a reducir la contaminación del agua que desde ningún punto de vista es objetable, sin embargo, considero que se ha descuidado el tratamiento de otro tipo de impactos que potencialmente están contribuyendo a la degradación del río, alejándose del concepto de manejo integral. Entre las recomendaciones, una que considero de crucial importancia, es la Formulación del Plan Director de la Cuenca, actualmente en su etapa final, que espero sea el instrumento técnico que establezca en su marco estratégico una respuesta integral a la problemática ambiental de la cuenca y que cumpla con su rol articulador de los actores gubernamentales principalmente.
Hoy he querido abordar parte de la problemática ambiental de la cuencas y con una explicación concisa sobre las causas que ocasionan el severo proceso erosivo del cauce de los ríos, que junto a la contaminación del agua y pérdida del caudal ecológico, considero son los impactos ambientales más relevantes identificados en las cuencas del Valle Central de Tarija, además con la responsable intención de demostrar que en su mayor dimensión están relacionadas a las acciones humanas y sobre todo vinculadas a aspectos productivos.
Con preocupación puedo decir, que en el contexto departamental y particularmente de la Provincia Cercado, aún no se ha construido una base productiva del desarrollo en torno al sector agropecuario o turístico como citaba al inicio del artículo, ya que la gestión pública sigue encaminada en el asistencialismo constante que ha sido el modelo político generalizado que ha llevado a los productores a ser muy dependientes del estado, lo cual no ha permitido avanzar hacia la implementación de modelos sustentables, donde el propio estado no ha sido capaz de conducir procesos responsables de generación e innovación tecnológica para el sector productivo, lo propio para la gestión integral de los recursos naturales y ecosistemas, en ambos casos, muy alejados de criterios de mitigación y adaptación al cambio climático.
Lo avanzado en tecnología productiva en nuestro medio es fruto del esfuerzo del sector privado siendo este, un aspecto valorable, mientras que el estado ha asistido con una y otra dadiva a los productores, los cuales, por razones como la poca vocación, ausencia de acompañamiento técnico o la falta de condiciones e interés, han terminado abandonando y desechando lo asistido retrocediendo a la vieja usanza.
Fotos (Fuente propia): Ganadería extensiva de ovinos, caprinos y bovinos.
Fotos (Fuente propia): Contaminación y degradación de fuentes y cursos de agua por incendios y animales domésticos no estabulados.
Lo cierto es que territorialmente en nuestro Valle Central, siguen persistiendo acciones y sistemas productivos tradicionales degradantes, como los incendios, el mal uso de los recursos naturales (agua, suelo y vegetación), reducida generación e innovación tecnológica, aumento de la contaminación ambiental, ausencia de procesos de adaptación al cambio climático, etc. que considero es por falta de una coherente planificación estratégica para conseguir la implementación de un modelo que verdaderamente articule desde lo institucional los aspectos: territorial, ambiental y productivo para una gestión integral de los recursos naturales, que a partir de las experiencias y un análisis crítico de esta realidad, construyamos la línea base de nuestro desarrollo integral y sustentable, equilibrando las demandas consumistas con la capacidad de oferta de los ecosistemas donde habitamos.
Fotos (Fuente propia): Sistema tradicional de riego por surcos, siembra y cosecha, falta de tecnología.
Mientras esto no ocurra, seguiremos lamentando la pérdida de nuestros ecosistemas y recursos naturales, que son los que sostienen a una sociedad todavía insensible a los problemas ambientales que hoy atravesamos, y que prefieren evadirlos antes se asumir cambios en sus conductas.
Biografía: Franz Víctor Balanza Orozco
Nació en Tarija el 20 de diciembre de 1972, curso sus primeros años de estudio en la escuela “Aniceto Arce” y el bachillerato en el Colegio Nacional “San Luis”, graduado de la Carrera de Ingeniera Forestal de la Universidad Autónoma “Juan Misael Saracho”, ya en el año 1996 se traslada al departamento de Santa Cruz para dar los primeros pasos en su profesionalización trabajando en varias empresas del rubro forestal donde permaneció hasta el año 2007, a su retorno a Tarija, trabajó en la institución pública hasta el año 2009 donde decide incursionar en los servicios de consultoría, así que junto a su hermano Mirko Balanza, constituyen la empresa “EL TORDO” CONSULTORES SRL, con la que desarrollarían varios estudios y proyectos en el ámbito, forestal, ambiental, productivo, ordenamiento territorial, hídrica y de gestión de los recursos naturales en general, en el contexto departamental y nacional, tanto para el sector público como privado.
A lo largo de su carrera profesional, ocupo diferentes cargos desde técnico forestal de campo, encargado de producción de aserraderos, responsable de concesiones forestales (Empresas Forestales-Santa Cruz); responsable de la elaboración de proyectos de gestión y manejo de los recursos naturales, desarrollo forestal y coordinador de Áreas Protegidas (Prefectura del Dpto. de Tarija); Jefe de Planificación y Operativo, Gerente de Proyectos y Gerente General (El Tordo Consultores SRL), asimismo durante la gestión 2020 fue invitado a ocupar el cargo de Director de Mecanismo Conjunto de Mitigación y Adaptación al Cambio Climático dependiente de la Autoridad Plurinacional de Madre Tierra (APMT) en la ciudad de La Paz, cargo que desempeñó hasta fines del mes de diciembre del mismo año.
Complementando su formación académica ha realizado postgrados en: Gestión Ambiental, Especialista en Gestión Integrada de los Recursos Hídricos, Manejo Integral de Cuencas Hidrográficas y en Teoría y Práctica Pedagógica Universitaria, además de varios cursos en Seguridad, Medio Ambiente, Salud e Higiene, Recursos Hídricos, Seguridad de Presas, Riego, etc. que han sido de gran utilidad en el desarrollo de su trabajo profesional.
En la presente gestión 2021, asume nuevamente la gerencia general de “El Tordo” Consultores SRL, desde donde participa de las licitaciones de las entidades públicas y prestando servicios profesionales como consultor en las áreas: forestal, ambiental, hídrica, ordenamiento predial, suelos y de seguridad industrial al sector privado.
Actualmente, desde su experiencia y criterio técnico formado ha decidido compartir sus inquietudes a través de la publicación de artículos de opinión, referidos a la problemática ambiental de los ecosistemas y recursos naturales de Tarija desde un enfoque de auto sustentabilidad, con el único propósito de estimular en autoridades y ciudadanos en general, una conciencia responsable y cambios de conducta para prevenir y mitigar los impactos ambientales y sus efectos futuros.
«La Tierra no es una herencia de nuestros padres, sino un préstamo de nuestros hijos»