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Lunes, 10 Mayo 2021 00:00

Un enfoque Sistémico para Bolivia en Seguridad Vial.

En Bolivia durante el último quinquenio han muerto en promedio 3,4 personas por día debido a accidentes en la vía pública, y la mayoría de las familias bolivianas hacen parte de esta penosa estadística.

Del 17 al 23 de mayo de 2021 se celebrará la 6 Semana Mundial de la Seguridad Vial de la Organización de las Naciones Unidas. En vísperas a este importante encuentro el presente artículo trata de hacer una evaluación de la situación en el país.

  La Declaración de Estocolmo en la Tercera Conferencia Ministerial Mundial sobre Seguridad Vial(feb/2020)  destaca los siguientes datos: los accidentes de tráfico matan a más de 1,35 millones de personas cada año, produciéndose más del 90% de estas muertes en países de bajos y medianos ingresos; estas colisiones son la principal causa de muerte de niños y jóvenes de entre 5 y 29 años de edad; se estima que la década de 2020 a 2030 signifique hasta 500 millones de muertes y lesiones causadas por accidentes de tráfico en todo el mundo, que se constituyen en una epidemia y una crisis que puede prevenirse y evitarse, y que requiere de un compromiso político más significativo. 

En agosto de 2020, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la resolución 74/299 “Mejora de la seguridad vial mundial”, proclamando el Decenio de Acción para la Seguridad Vial 2021-2030, con el ambicioso objetivo de prevenir al menos el 50% de las muertes y lesiones por accidentes de tránsito para el 2030, objetivo 3.6 de los ODS. La interrogante obligatoria es, ¿de qué manera encaramos este reto?

SITUACION ACTUAL

De acuerdo con cifras de la OMS, las muertes causadas por el tránsito en toda la región de las Américas son de 15,9 habitantes por cada 100.000, cifra inferior a la tasa mundial de 17,4. No obstante, tras este promedio regional se ocultan marcadas diferencias de un país a otro, ya que las tasas nacionales varían mucho, desde una cifra baja (6,0) en Canadá a una muy alta (29,3) en República Dominicana.

En Bolivia, en el período 2008-2019 según datos del INE, se presentaron 394.752 incidentes viales, siendo el año 2009, el de mayor siniestralidad con 41.882 casos. 

En este período murieron 17.234 personas, registrando en el 2013 el pico más alto con 1.848 fallecidos. De igual manera 197.803 personas resultaron heridas, siendo 17.204 personas el mismo año.

Llama la atención que, si bien la cantidad de accidentes de tráfico se han reducido prácticamente a la mitad en el período analizado, la cantidad de heridos y muertos en las vías no refleja esta tendencia, más bien resulta en una voz de alarma pues mirando los datos de los años 2008 y 2019 se tiene una casi imperceptible diferencia.

Es importante destacar que entrando al segundo trimestre del 2021 todavía no se tengan datos del 2020, que permitan evaluar la eficiencia de las políticas públicas que tocan esta problemática, y más aún permitan contrastar y dimensionar su efecto sobre nuestro precario sistema de salud.

ENFOQUE DE SISTEMA SEGURO PARA LA SEGURIDAD VIAL. 

El enfoque de Sistema Seguro reconoce la seguridad vial como el resultado de la interacción entre muchos componentes que forman un sistema dinámico que influye en la manera en que las personas se desplazan y se comportan en las vías y, en consecuencia, su nivel de exposición al riesgo de verse envueltas en una colisión. Está basado en la noción de que los humanos son falibles y los errores son de esperarse. 

Los principios de un Sistema Seguro se basan en el informe publicado por el Foro Internacional de Transporte de la OCDE (OCDE/FIT, 2016):

  1.  Las personas cometen errores que pueden resultar en siniestros de tránsito.
  2. El cuerpo humano tiene una habilidad limitada para tolerar las fuerzas de un impacto antes de que ocurra una lesión.
  3. Las personas que diseñan, construyen, operan y usan las vías y los vehículos, y aquellas que brindan cuidados después de los siniestros, comparten la responsabilidad de evitar siniestros que resulten en lesiones graves o muertes.
  4. En un sistema de movilidad ninguna muerte ni lesión grave es aceptable. La falta de seguridad vial no debe ser una compensación por una movilidad más rápida. Por el contrario, el sistema de movilidad tiene que ser tanto seguro como eficiente.
  5. Debe adoptarse un enfoque proactivo para lograr un sistema de movilidad seguro, en lugar de esperar a que sucedan las cosas para luego reaccionar. Es necesario fortalecer todas las partes del sistema para multiplicar sus efectos, pues en caso de que alguna parte falle, los usuarios viales aún estarán protegidos.

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Principios de un enfoque de Sistema Seguro

Entonces, para ayudar a construir un sistema seguro que perdone los errores, es necesario invertir en la creación de vías seguras, velocidades seguras, vehículos seguros, personas seguras y atención oportuna después del siniestro. Todas las partes del sistema deben fortalecerse en combinación para multiplicar los efectos protectores, de modo que si una parte del sistema falla, las otras partes seguirán protegiendo a las personas.

Una de las estrategias del sistema seguro es la adopción de Visión Cero (Suecia-1997) para mejorar rápidamente la seguridad vial, que busca eliminar todas las fatalidades y las lesiones severas causadas en el tránsito, y aumentar la movilidad segura, saludable y equitativa para todos. Se menciona fácil pero se necesitan de muchas acciones, compromiso y esfuerzos para atacar como se debe esta problemática y debemos hacernos conscientes que la inmensa mayoría de las muertes y lesiones causadas por accidentes de tránsito que involucran a peatones, ciclistas o motociclistas (más del 50%) pueden prevenirse y que siguen siendo un importante problema de desarrollo y salud pública que tiene amplias consecuencias sociales y económicas que, si no se abordan, dejan una huella inconmensurable en familias enteras, y según economistas y expertos en desarrollo se constituye en una causa “inductora de pobreza” con efectos que se sienten por generaciones.

Otro punto de vital importancia en nuestra realidad local y nacional consiste en asegurar el acceso oportuno a servicios de atención médica de emergencia y a largo plazo de alta calidad para los heridos y reconocer que una respuesta efectiva después del accidente también incluye el apoyo mental, social y legal para las víctimas, los sobrevivientes y las familias. 

¿Y no es acaso la educación vial por donde debemos partir? Definitivamente sin educación, concientización, difusión de la problemática y campañas de comunicación efectivas y suficientes no habrán esfuerzos que terminen de abarcar y sensibilizar a todos los actores de la vía pública, peatones o conductores; y estos esfuerzos al igual que los mencionados previamente deben hacer parte de la estrategia dentro del enfoque sistémico.

Podemos concluir que la responsabilidad por la seguridad vial debe compartirse entre todos, los tomadores de decisiones, y por los funcionarios públicos que contribuyen al diseño y desarrollo de la ciudad, y debemos involucrar legisladores, policías, planificadores, administradores, médicos, diseñadores e ingenieros, entre muchos actores necesarios. 

Entonces un elemento desafiante del enfoque de Sistema Seguro es unir a todas las personas que contribuyen en el diseño del sistema por intermedio de sus áreas de programas individuales, y debido a esto, el marco del Sistema Seguro enfatiza la coordinación y liderazgo, a través del logro de acuerdos y consensos bajo un sentido fundamental de responsabilidad y compromiso. 

En el enfoque Visión Cero de Suecia, se hace un mayor énfasis en los diseñadores del sistema y en el Gobierno, quienes tienen la responsabilidad final. Si las personas cometen errores que causan muertes y lesiones graves en las vías, los diseñadores del sistema deben proponer formas de intervención para evitar esos siniestros. Un principio básico de la visión es que “La vida y la salud nunca se pueden intercambiar por otros beneficios dentro de la sociedad” en lugar de la comparación convencional entre costos y beneficios, donde se asigna un valor monetario a la vida y la salud, y luego ese valor se usa para decidir cuánto dinero se gasta y qué se prioriza en el diseño de carreteras y vías urbanas, hacia el beneficio de disminuir el riesgo.

En un contexto global y local tan complicado como el que toca encarar en el nuevo normal, es imperativo minimizar los riesgos de accidentes viales hacia la población, adoptando una política pública efectiva que proteja a nuestros ciudadanos, especialmente a niños y jóvenes que son los más afectados por este flagelo. 

Los ingenieros, involucrados en la planificación, diseño, construcción y mantenimiento tanto de vías como de sistemas de tráfico y señalización, y desarrollo de las ciudades, cumplen uno de los roles más importantes dentro del enfoque de Sistema Seguro.

En la 6 Semana de la Seguridad vial de la ONU, se presentará el Plan de Acción 2021 – 2030, el cual representa una oportunidad para ser adoptado por todos, gobierno, entidades del estado, entes colegiados, academia, sector salud entre los más relevantes, y aunar esfuerzos para dar cara con firmeza en esta cruzada tan necesaria.

3,4 personas por día es una cifra inaceptable.

Bibliografía:

 

AUTOR:

Ing. Juan Daniel Lijerón 

R.N.I. 19505

 

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